Desde el 2010 hasta la actualidad se ha venido dando una un movimiento en Oriente medio y el norte de África llamado la primavera árabe, que es el levantamiento de la población contra el gobierno causadas por factores estructurales y demográficos, a lo que se añadían regímenes corruptos y autoritarios. En países como Túnez, Libia, Egipto, Yemen o Kuwait se ha logrado la caída del gobierno y desde principios del 2011 en Siria hay una rebelión contra el partido tradicional de carácter dictatorial Baath, liderado por la familia al-Assad que lleva más de 40 años en el poder.

El 26 de enero del 2011 se inicia la Guerra Civil Siria, una rebelión popular, a la que se le suman enfrentamientos tanto sociales como políticos, además de ataques terroristas. Esta exige grandes cambios que demandan libertad, democracia y el respeto a los derechos humanos.

Como respuesta a esta inmensa rebelión las fuerzas de seguridad sirias dispararon contra cientos de manifestantes, e hirieron a otros tantos, sumándole desapariciones y migraciones hacia otros países.

Desde el inicio del 2012, por decisión del Consejo de Seguridad, se desplegó en el país la Misión de Supervisión de las Naciones Unidas en Siria para verificar el freno de la violencia.

Desde el 25 de marzo de 2012, el movimiento se extendió a las principales ciudades del país. Muchos edificios simbólicos del poder fueron incendiados por los manifestantes, donde miles de personas fueron detenidas en Damasco, Homs, Banias, etc.  Mientras las protestas continúan, el gobierno sirio ataca con tanques, helicópteros artillados, además de francotiradores ya que  la orden dada por el ejército sirio es de realizar fuego real contra los manifestantes y todo aquel que se oponga será ejecutado por el propio ejército sirio. 

Durante el transcurso del mes de mayo, creció el número de ejecuciones en ciudades como Banias, Hama, Homs, Daraa, entre otras. Por otra parte, algunas ciudades enfrentan hambruna porque el gobierno quitó servicios como el agua y la electricidad, además de confiscar harina y otros alimentos.

Por este motivo, miles de civiles desprotegidos, han decidido refugiarse en los países vecinos y miles de personas cruzan diariamente las fronteras con Turquía, Jordania, Líbano, o Irak con la esperanza de huir de la violencia. Se calcula que ya son más de 280000 refugiados, aunque lo datos son variables ya que cada día cruzan las fronteras más personas.